Esta semana ha sido mi cumpleaños... el último antes de los enjuiciadores 30.
Recibí algunas llamadas y mensajes, algunos esperados otros no, pero de los esperados hubo uno que no apareció; Javier y yo fuimos novios por algo más de año y medio, pero por cosas del destino estuvimos separados unos nueve meses; hace un tiempo empezamos a salir otra vez y en mi infinita estupidez creí que el quería estar otra vez conmigo.
El día de mi cumple, como regalo, sólo le pedí al cielo una señal y no pudo ser más clara: no me llamó ni escribió ni nada... Solo se le olvidó o simplemente no quiso felicitarme para dejar claro que lo que sea que tengamos no tiene nada de serio. De todas formas, si fue sin intención, lo último que quiero es estar con alguien a quien tenga que recordarle mi cumpleaños y demás fiestas especiales.
Por ahora, únicamente necesito ser fuerte para no caer rendida a sus pies cuando vuelva a aparecer.
Si a alguien le interesa, el cumpleaños estuvo bien, salí con unos amigos, tomé muuuucho tequila y al día siguiente estuve con mi familia.
Nada espectacular, pero me consintieron un poquito y no me sentí tan mal como creí que iba a sentirme: porque ya son 29 y sigo sin alcanzar lo que quiero... ¿será que el otro año todo podrá ser diferente?
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