lunes, 22 de septiembre de 2014

Buscando la motivación

Sigo buscando trabajo.

Parece que me van a dar un trabajo para una consultoría y eso me permitiría tener un par de meses de tranquilidad (económica).

Después de tener tanto tiempo para pensar, me siento como una adolescente. Y no porque me sienta joven y con la vida por delante, sino porque me siento desubicada: sin metas claras, sin una razón clara para seguir adelante. En cuanto libro, artículo o blog que leo para salir de esta "tusa profesional" encuentro que se necesita motivación. Y si, eso es lo que a mi me falta. Me sobran ideas, pero me falta el impulso: no me muero por volver a trabajar. Me aburre estar en casa, si, pero la única razón real que me lleva a buscar ofertas laborales y enviar mi hoja de vida es que necesito el salario... Para qué? Para subsistir y cubrir los gastos de la casa, para viajar, para volver a estudiar. Todo eso suena bien, pero entonces ¿por qué es tan difícil levantarse cada mañana?. Pues porque no creo que algo me haga verdaderamente feliz.

Por lo menos no tan feliz como cuando era una niña en el colegio y me sacaba buenas notas. Eso es lo que me hace feliz, pero ya nadie está dispuesto a pagar para que yo estudie y me despreocupe de la vida.

Busco trabajo porque la razón me dice que lo necesito. Pero no busco nada que me haga feliz porque cada vez entiendo menos que es lo que quiero y puedo hacer. Siento que no he logrado nada. Que no llegará ese día en que mire hacia atrás y me sienta realmente satisfecha de lo que he hecho. No me considero una mala persona, porque en realidad mucho de lo que hago lo hago por lo demás, pero ni siquiera eso me satisface. De hecho solo es un motivo más para sentirme mal, ya sea por dejar de hacer algo por mi, o por dejar de hacer algo por alguien cuando simplemente las circunstancias no lo permiten.

Escribo sin rumbo y sin sentido. Sin hilar las ideas. Usando este espacio como un pensadero en el que vacío todo lo que se me pasa por la cabeza, para ver si desde otro punto de vista encuentro la solución a esto que me embarga, pero que no puedo describir.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Entrada, salida...

Cada día es más denso que el anterior. No hay noticias buenas ni malas. Muchas solicitudes, ninguna respuesta.

Si uno cree que los astros influyen en la suerte de las personas, entonces se podría decir que este año los planetas, estrellas, satélites y asociados están saliendo de un mal guayabo... de esos que a los humanos nos duran tres días después de mezclar tragos claros y oscuros, caros y baratos, destilados y fermentados. Porque sí, lo que causa el guayabo no es que usted se tome tres litros o más de alcohol: según los expertos, la causa del guayabo o resaca es revolver varios licores una misma noche.

Lo cierto es que las nuevas oportunidades no abundan, y las que aparecen solo me hacen recordar la monotonía y el inconformismo que sentía en mi ex-trabajo. Todos los EX son tormentosos. No solo los ex-novios.

No se que hacer. Casi todo me recuerda que fracasé y que tal vez esa era mi buena racha, y que puede que de ahora en adelante viva en una eterna crisis: económica y existencial. Anoche no podía dormir, y lo único que deseaba era no volver a despertar. Cada día creo menos en los que dicen que todo va a salir bien y que "esto también pasará": si es tan bueno quedarse sin trabajo, por qué entonces no intentan hacer lo mismo?. Es fácil: un error lo suficientemente grande para que no pase desapercibido y ya: sin importar títulos ni años de antigüedad, recibirán una carta de despido y una amable invitación a abandonar las instalaciones...


domingo, 7 de septiembre de 2014

Temas en la cabeza

Tengo muchas cosas pasando por la cabeza: que necesito conseguir trabajo, que me gustaría adelgazar, que tengo que restringir los gastos de la casa para que mis modestos ahorros me duren un par de meses mas... que si, que me gustaría estar con alguien, con ese alguien que conocí hace poco.

Lo preocupante es el orden que mi mente le da a mis prioridades... Honestamente habría podido estar un poco más enfocada en mi búsqueda de trabajo, pero cada día es el último tema en el que me logro concentrar. El primero es ese alguien que conocí tangencialmente en una fiesta, de quien solo se su nombre y el color de sus ojos... ahhh, y que vive fuera del país. Como es el amigo de un amigo, he podido ver unas cuatro fotos que tiene en Facebook. Si, me pueden acusar de acosadora, pero creo que eso se le puede excusar a una pobre desempleada como yo... el proceso de ver las mismas fotos una y otra vez es mi momento bueno del día; en realidad es un mini-momento porque el "objeto de mi afecto" es más que discreto y cauto... con ese perfil no hay posibilidad de averiguar mayor detalle sobre su vida, ni siquiera la edad. Es más que difícil que nos volvamos a encontrar en algún momento de la vida, así que me conformo con entrar esporádicamente (léase compulsivamente) a su perfil para ver sus ojos y su sonrisa... tampoco es que tenga un plan más entretenido y todos tenemos derecho a fantasear.

Por su lado, la búsqueda de trabajo avanza lentamente, muy lentamente, sin mostrar por ahora alguna señal de éxito. Contrario a lo que cuentan las novelas rosa, no es cierto que uno pierda un trabajo para encontrar su vocación de vida... Honestamente creo que terminaré en algo similar a lo que venía haciendo, porque la necesidad es cada vez mayor y no me puedo dar el lujo de escoger.

La dieta... no se que es eso. Mañana le daré una oportunidad a uno de esos tratamientos que funcionó en el pasado (claro, si es que los precios aun lo permiten) y a caminar media hora diaria. Obligarme de salir de la casa ya es un progreso, así no pierda ni un gramo.