jueves, 18 de septiembre de 2014

Entrada, salida...

Cada día es más denso que el anterior. No hay noticias buenas ni malas. Muchas solicitudes, ninguna respuesta.

Si uno cree que los astros influyen en la suerte de las personas, entonces se podría decir que este año los planetas, estrellas, satélites y asociados están saliendo de un mal guayabo... de esos que a los humanos nos duran tres días después de mezclar tragos claros y oscuros, caros y baratos, destilados y fermentados. Porque sí, lo que causa el guayabo no es que usted se tome tres litros o más de alcohol: según los expertos, la causa del guayabo o resaca es revolver varios licores una misma noche.

Lo cierto es que las nuevas oportunidades no abundan, y las que aparecen solo me hacen recordar la monotonía y el inconformismo que sentía en mi ex-trabajo. Todos los EX son tormentosos. No solo los ex-novios.

No se que hacer. Casi todo me recuerda que fracasé y que tal vez esa era mi buena racha, y que puede que de ahora en adelante viva en una eterna crisis: económica y existencial. Anoche no podía dormir, y lo único que deseaba era no volver a despertar. Cada día creo menos en los que dicen que todo va a salir bien y que "esto también pasará": si es tan bueno quedarse sin trabajo, por qué entonces no intentan hacer lo mismo?. Es fácil: un error lo suficientemente grande para que no pase desapercibido y ya: sin importar títulos ni años de antigüedad, recibirán una carta de despido y una amable invitación a abandonar las instalaciones...


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