martes, 11 de abril de 2017

Amigos invisibles y las fases

Cuando era niña tenía muchos amigos imaginarios. De hecho, gran parte de mi vida social durante la adolescencia se limitó a las aventuras que me imaginaba en la seguridad de mi hogar. Siempre he sido tímida, y mi familia no estuvo especialmente dispuesta a impedir que fuera así. Así era mejor, así no salía, así no era rebelde, así no tenía amigos que pudieran considerarse peligrosos, así me concentraba en estudiar.

Pero estudiando se conoce gente, estudiando hice a mis mejores amigos, pero todos evolucionamos y ahora estamos distanciados. Algunos ya no son amigos, otros simplemente están en otra ciudad, en otros intereses o en otra fase de la vida... la fase de los que tienen pareja, la fase de los que se casan, la fase de los que tienen hijos ... casi ninguno en mi fase: la soltería (¿o existirá la palabra solteronería?). Algunos están en la fase trabajo, y ahí nos encontramos. Mi error es creer que porque compartimos una fase, me los voy a encontrar en otras, como en la fase celebrar mi cumpleaños o en la de "hoy solo necesito desahogarme". Y en esas fases estoy sola. Bueno, estoy siendo injusta, tengo a mi familia; es lo único que tengo y son los que están ahí cuando estoy triste. Cuando te dicen que para alguien eres realmente importante en el mundo, yo solo puedo pensar en ellos. Habría sido interesante ser importante, realmente importante para alguien más.

Esta semana alguien que me encontré en la fase trabajo me dijo que lo último que se pierde es la esperanza, y que cuando eso pasa uno ya está muerto. ¿Cómo me puede decir que estoy muerta si estoy escribiendo esto y si me duele la cabeza mientras trato de contener el llanto? Se supone que a los muertos ya no les duele nada porque descansan, así que yo no estoy muerta porque ni he descansado y me sigue doliendo, así ya no tenga esperanza.