domingo, 19 de febrero de 2012

To me - Sección 1



Señores, hoy es uno de esos días en los que no se que diablos estoy haciendo de mi vida. Digan lo que digan, me siento una perdedora. ¿De qué me sirve tener un buen trabajo si no me gusta esforzarme en lo que hago y a pesar de tener un buen sueldo vivo llena de deudas? ¿De qué me sirve haber tenido una beca y el mejor promedio cuando siento que no he logrado ni la mitad de lo que habría podido?

Mi vida sentimental tampoco se destaca por ser lo que anda bien, aunque tampoco se puede decir que sea un desastre. Él al menos se está esforzando y todavía logra derretirme con la mirada de cordero degollado. Yo obviamente sigo con mis películas mentales, en las que un magnate apuesto de coeficiente intelectual superior me ruega que deje atrás mis convicciones para casarme con él y dejar que me mantenga.

Quiero hacer un MBA. Las razones: honestamente creo que soy de las personas más inteligentes y capaces académicamente que conozco y me resisto a creer que me quede grande! Además necesito descansar del trabajo; no porque esté especialmente cansada, sino porque no me gusta en lo que me he convertido. Me siento mediocre… creo que igual hago las cosas mejor que muchas otras personas, pero lo triste es que podría hacerlo aún mejor y nunca lo hago… ¿Y si mi destino es hacer algo sencillo para no estar comparándome ni arrepintiéndome de lo poco que hago?

Quiero volver ver a ser la niña clavada y dedicada de hace cinco años. La que podía llegar a la oficina a las 6am, salir a las 10pm y llevarse trabajo para la casa. La que asumía más de lo que podía, pero al final podía y por eso le asignaban todos los temas chéveres. La que era la primera opción, y no el plato de segunda mesa.

No necesito una luz, necesito una salida de emergencia iluminada, preferiblemente con salida a un avión internacional con destino cinco estrellas y regreso no programado. Necesito disciplina líquida o en pastillas, para dejar de quejarme, dejar de divagar y dejar de escribir estos mensajes que al final no mejoran las cosas: sólo son el claro testimonio de mi responsabilidad sobre mi infinito fracaso.

La dieta a la que también le he invertido millones de pesos, le han faltado centavos de voluntad… con uno solo, habría alcanzado un mínimo resultado. Con mi desidia, el resultado ha sido infinitesimal con tendencia al contundente cero. Mientras tanto, mi vida, tiende al abismo de la indiferencia, al del olvido al que pasan los comunes que sólo se pudieron destacar por lo profundo de su mediocridad.




sábado, 18 de febrero de 2012

Organizando la vida

Ya tengo 30 años y no he hecho ni la mitad de las cosas que quería. No tengo mi propio sitio, siento que mi vida profesional está estancada, la sentimental es menos que incipiente y cada vez estoy más gorda... tal vez lo último sea una causa de todo lo anterior.

¿Cómo empezar a reconstruir mi vida, o mejor, a construirla? Cuando nunca se ha tenido algo, no se puede decir que se vaya a volver a empezar.

¿Podrán empezar a ser estos tiempos contundentes para mi, así como lo fueron para él?