jueves, 10 de enero de 2013

No me permito volver a ser yo

  • En marzo o abril, ya no lo recuerdo bien, estuve en el matrimonio de unos amigos. Fue después de terminar con Javier, así que ganarme el ramo no era más que una ironía... aunque en el fondo yo lo vi como una pequeña señal de esperanza. ¿Y si tal vez llegara un alguien (príncipe, mendigo, intelectual o deportista)  para demostrarme, a pesar de mi apatía, que el amor si existe?... Esperé un mes, dos meses... 9 meses! Y después de un periodo igual a un embarzo, no apareció, nada nació.

  • Lo que antes iba bien: el trabajo, ahora va mal... él está desesperado conmigo y yo con él. Y no tengo muchas esperanzas de superarlo. Cada día soy más mediocre y la suerte me acompaña menos. Podría, por un día, ser alguien a quien envidie? Alguien feliz, competente, alguien con la capacidad de triunfar. Yo no voy a triunfar. La mediocridad es mi mayor logro y por estos días, mi única expectativa.

  • La familia... pues sigue siendo la familia. Cuando era adolescente, recuerdo que en todas las tarjetas, cartas, mensajes, escribía "siglas": E.S.E. = Eres Super Especial, T.Q.M = Te Quiero Mucho, etc... pero la peor de todas: N.C. = ¡¡¡ Nunca Cambies!!!!.... Supongo que esta última fue la que escribí en las tarjetas para mi familia, porque nunca cambiaron. Pasamos una semana de vacaciones juntos, sobrevivimos, pero espero que la próxima semana familiar sea hasta el 2014, o después.
¿¿¿Esto es lo que soy??? ¿¿¿Esto es lo que me espera por los próximos 87,7 años con 90 kilos???... Si, leyeron bien... después de una semana de vacaciones en un hotel maravilloso, vuelvo a pesar 90 kilos...