domingo, 3 de mayo de 2015

Todo ha cambiado y todo sigue igual

Ahora vivo en otra ciudad, muy diferente a la mía. Dejé el caos y la urbe por la tranquilidad de una ciudad pequeña, con tan pocas distracciones que es difícil esconderse de los errores y los malos recuerdos. Hay uno en especial que nunca podré dejar atrás.

Creí empezar una nueva vida llena de oportunidades. En realidad, todo sigue igual, con las nefastas consecuencias de los errores que me persiguen y con los kilos acumulados en treinta y tres años.

Ahora es cuestión de necesidad, de escasez.

Es mejor salir rápido de todos los problemas... al mal paso darle prisa, dicen por ahí. Solo falta encontrar la salida.