sábado, 19 de agosto de 2017

Mi blog, ¿mi refugio?

Aunque a veces me auto-cuestiono la irregular frecuencia con la que escribo en este blog, creo que es esa misma irregularidad la que me permite volver a él. Es la ruta de escape, el refugio cuando no encuentro algo más que hacer o no tengo con quien hablar lo que quiero hablar y como lo quiero hablar.

Hoy por ejemplo, quiero presumir un poco. Uno de los temas reiterativos de este blog es mi peso: desde siempre he sido una persona obesa. Lo bueno es que ahora soy menos obesa... de hecho, estoy a un escalón de pasar de la categoría "Obesidad I" a simple "Sobrepeso". En los últimos 18 meses he perdido alrededor de 12 kilos, y ahora peso 75kg. Si, sigue siendo un montón para alguien de  1,57m, pero es un montón más pequeño que el que cargaba antes.

¿Y por qué lo quiero presumir si me falta mucho más?. Supongo que porque es una de las pocas cosas que he logrado recientemente. El trabajo no va bien, y esta soledad y lejanía de todo me está acabando. Así que si alguien me lo pregunta, no, perder peso no soluciona todos tus problemas, pero aún así te hace sentir "inmensamente" bien.   

martes, 11 de abril de 2017

Amigos invisibles y las fases

Cuando era niña tenía muchos amigos imaginarios. De hecho, gran parte de mi vida social durante la adolescencia se limitó a las aventuras que me imaginaba en la seguridad de mi hogar. Siempre he sido tímida, y mi familia no estuvo especialmente dispuesta a impedir que fuera así. Así era mejor, así no salía, así no era rebelde, así no tenía amigos que pudieran considerarse peligrosos, así me concentraba en estudiar.

Pero estudiando se conoce gente, estudiando hice a mis mejores amigos, pero todos evolucionamos y ahora estamos distanciados. Algunos ya no son amigos, otros simplemente están en otra ciudad, en otros intereses o en otra fase de la vida... la fase de los que tienen pareja, la fase de los que se casan, la fase de los que tienen hijos ... casi ninguno en mi fase: la soltería (¿o existirá la palabra solteronería?). Algunos están en la fase trabajo, y ahí nos encontramos. Mi error es creer que porque compartimos una fase, me los voy a encontrar en otras, como en la fase celebrar mi cumpleaños o en la de "hoy solo necesito desahogarme". Y en esas fases estoy sola. Bueno, estoy siendo injusta, tengo a mi familia; es lo único que tengo y son los que están ahí cuando estoy triste. Cuando te dicen que para alguien eres realmente importante en el mundo, yo solo puedo pensar en ellos. Habría sido interesante ser importante, realmente importante para alguien más.

Esta semana alguien que me encontré en la fase trabajo me dijo que lo último que se pierde es la esperanza, y que cuando eso pasa uno ya está muerto. ¿Cómo me puede decir que estoy muerta si estoy escribiendo esto y si me duele la cabeza mientras trato de contener el llanto? Se supone que a los muertos ya no les duele nada porque descansan, así que yo no estoy muerta porque ni he descansado y me sigue doliendo, así ya no tenga esperanza.




viernes, 6 de enero de 2017

No ser suficiente

Hoy cometí un error ... mejor dicho: hoy repetí un error. Entré a una sala de chat.

Bueno, el error no es entrar. El error es entusiasmarme con los buenos conversadores. El error es pensar que con mi "personalidad arrolladora" voy a hacer nuevos amigos.

Pero no. Siempre se repite la historia: conversación interesante, pero tarde o temprano deciden que no soy suficientemente buena / interesante / bonita como para mantener el contacto conmigo. Incluso los que manifiestan su interés y  piden un número o una cuenta de skype o facebook, terminan por ignorarme.

Y yo sólo quería hablar... lo juro, solo quería tener un nuevo contacto para hablar de banalidades los fines de semana. No busco novio, marido o amante. Solo un amigo o amiga para hablar. Pero al parecer, ni para eso resulto medianamente aceptable.




martes, 3 de enero de 2017

Cuando solo quieres escribir

Si, ha pasado mucho tiempo. Mucho tiempo desde que nací, mucho tiempo desde que cambié de ciudad y trabajo, mucho tiempo desde la última vez que tuve una relación sexual.

Aunque han pasado los años, y la vida ha cambiado, hay muchas cosas que siguen igual: sigo estando sola, sigo armando y desarmando historias que solo pasan en mi cabeza, y sigo cometiendo errores.

El trabajo... el trabajo es solo trabajo; esa es la lección que estoy tratando de aprender. Cuando llegan los problemas me desespero y creo que otra vez todo se va a derrumbar, pero ahora es diferente: puedo imaginar los peores escenarios y llorar por mis fracasos, pero la carga pesada que sentía antes en los hombros no ha vuelto. ¿Será madurez? ¿Será que después de una gran caída, el alma se acostumbra a perder?. Antes me daba miedo acostumbrarme al fracaso, incluso a la ausencia de éxito, pero este ya se está volviendo un espacio cómodo ... a este paso, supongo que a los 40 se sentirá como si hubiera sido siempre mi estado natural.

En el amor ... Es como hablar de la playa cuando uno vive en la cima del Everest... no hay de qué hablar y lo que se diga, no va a tener sentido. ¿Cómo se puede hablar del mar, de las palmeras, del calor sofocante cuando solo se ven nieve, nubes y más montañas y se siente el frío penetrante hasta los huesos?. Ya no sé que es estar enamorada ni sentirme querida, olvidé que era lo que se sentía cuando uno esperaba una llamada o se arreglaba para una cita, y los besos... recuerdo los besos como recordar cuando estaba en el kinder: como algo lejano, como una época feliz que se recuerda con   melancolía pero que ya nunca se va a repetir.

La familia, pues... es lo único que vale la pena. Siempre los quieres, siempre te quieren, y a pesar de los prejuicios y los defectos, evolucionan. A pesar de todo, ya no te necesitan tanto, y por eso te quieren cada vez más.

La vida pasa, la gente cambia, las personas crecemos, solas o acompañadas, pero siempre crecemos. Para bien, para mal, para decidir seguir siendo iguales, pero crecemos. En experiencia, en resistencia, en historias tristes y felices, pero seguimos creciendo.