martes, 3 de enero de 2017

Cuando solo quieres escribir

Si, ha pasado mucho tiempo. Mucho tiempo desde que nací, mucho tiempo desde que cambié de ciudad y trabajo, mucho tiempo desde la última vez que tuve una relación sexual.

Aunque han pasado los años, y la vida ha cambiado, hay muchas cosas que siguen igual: sigo estando sola, sigo armando y desarmando historias que solo pasan en mi cabeza, y sigo cometiendo errores.

El trabajo... el trabajo es solo trabajo; esa es la lección que estoy tratando de aprender. Cuando llegan los problemas me desespero y creo que otra vez todo se va a derrumbar, pero ahora es diferente: puedo imaginar los peores escenarios y llorar por mis fracasos, pero la carga pesada que sentía antes en los hombros no ha vuelto. ¿Será madurez? ¿Será que después de una gran caída, el alma se acostumbra a perder?. Antes me daba miedo acostumbrarme al fracaso, incluso a la ausencia de éxito, pero este ya se está volviendo un espacio cómodo ... a este paso, supongo que a los 40 se sentirá como si hubiera sido siempre mi estado natural.

En el amor ... Es como hablar de la playa cuando uno vive en la cima del Everest... no hay de qué hablar y lo que se diga, no va a tener sentido. ¿Cómo se puede hablar del mar, de las palmeras, del calor sofocante cuando solo se ven nieve, nubes y más montañas y se siente el frío penetrante hasta los huesos?. Ya no sé que es estar enamorada ni sentirme querida, olvidé que era lo que se sentía cuando uno esperaba una llamada o se arreglaba para una cita, y los besos... recuerdo los besos como recordar cuando estaba en el kinder: como algo lejano, como una época feliz que se recuerda con   melancolía pero que ya nunca se va a repetir.

La familia, pues... es lo único que vale la pena. Siempre los quieres, siempre te quieren, y a pesar de los prejuicios y los defectos, evolucionan. A pesar de todo, ya no te necesitan tanto, y por eso te quieren cada vez más.

La vida pasa, la gente cambia, las personas crecemos, solas o acompañadas, pero siempre crecemos. Para bien, para mal, para decidir seguir siendo iguales, pero crecemos. En experiencia, en resistencia, en historias tristes y felices, pero seguimos creciendo.


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