Un amigo para hablar... para escribir por horas contando historias una y otra vez.
Sin miedos, sin fotos, sin cámaras. Sin temor al rechazo por no reflejar la imagen que cada uno tiene del otro.
Un hombre sin rostro, con ideas brillantes y voz profunda.
Eso es lo que busco. Una sola presencia que comparta mis ratos de silencio.
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