domingo, 13 de noviembre de 2011

Fin de semana de película...S

Me gustaría inducirme a error con el título de esta entrada, pero mi estado de ánimo me recuerda que es solo otra muestra de sarcasmo. 

Este fin de semana también tiene lunes festivo, y aunque me encanta tener un día más para dormir hasta una hora decente, los fines de semana siguen siendo una de mis mayores torturas. He estado acá en mi casa estos dos días y creo que pronto voy a empezar a convulsionar o a incendiarme por combustión espontánea. No he salido porque estoy en plan de austeridad: aunque tengo dinero, estoy tratando de controlarme más con mis gastos porque no quiero que me pase lo mismo de todos los meses que llego al final rogando para que paguen el salario un par de días antes o pidiendo plata prestada. Sin embargo, si sigo así, lo poco que ahorre tendré que gastarlo en terapia.

Debido al super plan de austeridad, he pasado los últimos fines de semana en mi casa, encerrada, viendo películas en televisión o en el computador... Imaginen cuantas películas/series nuevas y repetidas he visto en estos días.... honestamente ya perdí la cuenta. 

Cuando no estoy viendo películas, entro a los blogs conocidos y desconocidos de personas que están perdiendo peso (no me puedo incluir en el grupo, porque lo único que sigo perdiendo son esperanzas... los kilos siguen intactos y en su acostumbrada e implacable distribución por todo mi cuerpo)... Hay muchas historias de personas valientes, perseverantes, disciplinadas que me inspiran mucho, solo que la inspiración dura algo menos de cinco minutos después de que acabo de leer.

Siempre he creído que soy muy inteligente y que si fuera más disciplinada, lograría muchísimas cosas.... pero si sigo con frases que empiezan por si fuera, no es difícil adivinar en donde voy a terminar: precisamente aquí, en el mismo lugar en el que estoy lamentando mi suerte, solo que voy a tener más años y, a este paso, más kilos.

Hoy volví a llorar viendo El Gran Concierto, pero reconozco que son de las pocas lágrimas buenas que he derramado últimamente. Y si, si existen las lágrimas buenas: para mi son esas de pura emoción, de final feliz de película, de sorpresa romántica, de recibir un regalo muy deseado. Hace bastante rato que no lloraba lágrimas buenas, pero incluso a esas las tengo que controlar... no puedo ir por el mundo llorando con cuanta buena película se me atraviesa por el camino.

Por la tarde quise salir a hacer algo, pero todo se quedó en pensamientos, en un rechazo tácito y en la renovada amargura recarga cada día mi cuerpo como si fuera una batería. Y si todo se acabara? Dicen que en el 2012 se acaba el mundo... no le deseo el mal a nadie, pero cada vez pienso más en las ventajas de que  se acabara el mío. 

¿Habrá algún pensamiento más amable que alguien pueda introducir en mi cabeza? ¿y si esta noche en un sueño siembran una ramita de esperanza? ¿Y si al final despertamos sabiendo que se cumplió la misión porque al amanecer creo que puedo empezar a ser feliz?... Si, lo sé, tengo que dejar de ver tantas películas.

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