miércoles, 20 de abril de 2011

Desde que el Internet se volvió popular

Extraño aquellos tiempos en los que el Internet no era para todos... En esos días msn tenía chats bastante amigables a los que, dadas las restricciones económicas y técnicas, no podía entrar todo el mundo. Era bastante fácil encontrar alguien en tu rango de edad, con un grado de educación similar, dentro o fuera del país.

Ahora uno se puede encontrar con cualquier cosa, pero hallar alguien decente, con cierto nivel educativo, y que no este buscando sexo virtual se ha vuelto casi imposible. Y digo casi, porque tengo dos excepciones importantes a las que debo hacer referencia: el primero es Javier, a quien conocí en Latinchat (una de las pocas páginas de chat subsistentes en este lado del continente); si bien resultó una persona normal, profesional y con un trabajo honrado, terminó embarrándola como todos los hombres:  tenía otra mientras estabamos juntos. La segunda excepción, más notable aún porque es más reciente, la encontré ayer en la misma página: músico, de 35 años, cinéfilo (de los de verdad, con énfasis en cine-arte... un verdadero hit)... estuvimos charlando un buen rato, de hecho, fui abandonando el resto de las conversaciones para hablar únicamente con él; se mostró bastante inteligente, sensato y hasta católico terminó siendo... ¿quién creería que a estas horas de la vida todavía se pueden encontrar personas así en un chat público? y aun más, ¿quien creería que él se quedaría hablando conmigo????... pues creo que nadie lo apostaría, pero debo agradecer a la Divina Providencia (sea quien sea), el haber podido hablar con alguien así.

La pregunta lógica sería respecto a que pasó con el joven en cuestión y la respuesta es a su vez la más sencilla y la más probable: se dañó mi acceso al chat... ¿que /%$# pasó?... no tengo idea; lo cierto es que solo hasta pasados unos veinte o treinta minutos pude volver a entrar, y tal como se puede esperar de mi limitada suerte, él ya no estaba. He entrado varias veces ayer y hoy a ver si vuelve a aparecer... de hecho sólo chequeo la lista de usuarios y no hablo con nadie, no me interesa hablar con alguien más. Sin embargo, en el fondo se que no lo volveré a encontrar: la misma Divina Providencia que lo trajo a mi pantalla para demostrarme que aun existen los hombres decentes, también se vio obligada a protegerlo de la decepción: la bochornosa escena para evitar mostrar una foto o chatear con cámara... al final vuelvo a la actitud resignada de rechazar las uvas... La vida es así, mi vida es así: no es justa ni injusta, simplemente real y en mi realidad nunca se encontrará un final color de rosa.

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